Criada durante aproximadamente 42 meses, nunca pude crecer tan rápido como mis compañeros. Seleccionada con cuidado por mi pequeño tamaño, siempre soy la más discreta.
Esta delicadeza me permite desarrollar una carne tierna y sabrosa, fruto de un saber hacer único y de los cuidados constantes de la familia GEAY.
Ideal como acompañamiento, soy el toque refinado que marca la diferencia en la mesa.